¿Qué se necesita para escribir una buena historia, una de verdad, genuina, creativa, que conmueva a la gente y lo lleven a uno hasta la alfombra roja?
Esa es una pregunta que siempre va a estar rodeada de polémica. ¿Cuál es el proceso para escribir una historia creativa? Si vamos a eso, ¿qué significa escribir con creatividad? No queremos hacer dogmas al respecto ni plantear fórmulas absolutas, pero sí podemos darte alguno consejos que te ayudarán a desarrollar mejor tu redacción.
«Escribir es un oficio que se aprende escribiendo, Simone de Beauvoir»
De entrada, el efecto de redactar es un oficio que se afila igual que una espada. Si quieres escribir cosas agudas e interesantes, prepárate para sentarte a desechar borradores, notas sueltas, ideas que no van a funcionar y que van a tener que pensarse más de una vez para ser usadas.
En fin, poniéndolo en términos de metáfora, si quieres cortarle la cabeza a alguien más te vale que la espada lo degolle de un solo tajo; pues una hoja sin afilar de ninguna manera logrará hacer el trabajo de la misma manera, y si por algún azar lo logra, es un espectáculo que nadie quiere ver.
«Tienes que amar la lectura para poder ser un buen escritor, porque escribir no empieza contigo, Carlos Fuentes»
No ha habido en toda la historia de la humanidad un escritor, guionista, redactor publicitario o persona creativa que no tuviera como hábito y pasión la lectura. El buen escribir, incluso es sus formas más burdas y coloquiales, están subordinadas a las enseñanzas de otros que ya han recorrido el camino de la escritura. Una vez le preguntaron a Borges sus opiniones sobre su forma de crear historias, y este contestó que él no era un escritor, sino un lector que luego plasmaba sus propias lecturas en el papel.
“Escribimos para inventarnos un mundo mejor del que conocemos, Anais Nin”
Las técnicas de copywriting son en sí mismas arriesgarse a trabajar en un proyecto que siempre nos va a superar, es por eso que pocas personas lo hacen y muchas menos las que triunfan en ello. Un pensamiento original supone lanzarse a crear algo que haga vibrar las fibras de los que sabemos nos van a leer.
Cuidado, no es jugar a creernos el genio que ha inventado el papel.
Todos los temas humanos han sido tratados de una u otra manera a través de los siglos, date cuenta amigo. El trabajo del pensamiento creativo es que la historia que plasma sea vista con entusiasmo por quien la lee, la ve o la escucha.
La pregunta acá no es “qué decir que nadie haya dicho antes”, sino “cómo hago para emocionar a los que me van a consumir mis productos o servicios”. Si logras esto, le descubrirás a las personas verdades que no conocían, o que habían olvidado de sí mismos. Este debe ser el ser el propósito de la escritura persuasiva.
“Nada es más nocivo para la creatividad que el furor de la inspiración, Umberto Eco”
Hay dos cosas que dañan la capacidad creativa: el pensamiento ingenuo de que solo hace falta la inspiración para coronarla, que cuando se le ocurre solo hace falta plasmarla y no desarrollarla al punto máximo de su expresividad. Y segundo, el pensar que sin inspiración se puede ser creativo. Si las dos sentencias anteriores le parecen contradictorias, es porque lo son.
En estas épocas de fiebre tecnológica se cree que para vender un producto se puede eliminar el factor humano de la creación de buenas ideas, pero sin importar qué tanto sepa el todo poderoso algoritmo sobre nosotros, la verdad es que para ser exitosos en el marketing de contenidos (content marketing) hasta el día de hoy hay que entender que el ser humano, que hasta donde recuerdo es donde se ubica tu público objetivo, es caprichoso, indeciso y sobre todo emocional.
Siempre va a existir un factor que se le escape a los números y a los datos, una variable de emotiva que no se puede medir, que nos define y que es lo que buscamos como consumidores de historias. Manten eso presente a la hora de desarrollar tu pensamiento lateral, que los que realmente logran sus objetivos son los que piensan fuera de la caja.
“Un escritor es alguien para quien la escritura es más difícil de lo que es para otras personas, Thomas Mann”.
Al contrario de lo que se cree, el oficio de escribir es difícil para quien lo hace conscientemente. Esto es porque se duda constantemente de lo que se hace, se plantea errores de legibilidad y credibilidad de la historia. Es parte inevitable del oficio.
Así que si usted lleva un buen tiempo trabajando en un proyecto y cree que lo está haciendo perfecto, le recomiendo que dude, pues la seguridad absoluta es una señal de que está omitiendo algo importante.
Si por el contrario todo el tiempo se mortifica porque cree que está haciendo una basura, que nadie va a querer comprarle la idea, o que solo está repitiendo lo mismo que todos los demás, le recomiendo que se relaje, porque tanta neurosis no le hará bien y esa duda es la señal más clara de que le importa lo que hace.
Entonces, si le importa lo suficiente para preocuparse por ella y querer hacerla lo mejor posible, entonces es posible que esa honestidad lo lleven a codearse con los Scorsese y los Tarantino, que se sintieron tan frustrados como usted en algún momento de su proceso.